ROC Clinic
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Sildenafil tiene ya más de 20 años. Es una de los fármacos que más se receta, que más se copia y que tiene más chistes. Desafortunadamente, sildenafil sigue llevando la vitola de medicamento peligroso… muchos hombres siguen teniendo la sensación de que tomar sildenafil es una especie de ruleta rusa médica donde les puede tocar un infarto. Y no es así. Por eso te quiero contar la historia de cómo se descubrió sildenafil.
En este post te quiero explicar cómo se descubrió sildenafil para que entiendes de donde viene el fármaco y te convenzas un poco más de que no es, ni lejanamente, peligroso.
Hace unos 15 años fui a ver los laboratorios de Pfizer cerca de Londres. Fue un viaje muy poco divertido -no el tipo de viaje que la mayoría de gente que hacemos los médicos cuando vamos de congreso- pero que tuvo un punto muy especial. Nos llevaros al laboratorio donde se descubrió sildenafil.
Y la gente de Pfizer nos explicó el proceso. Te lo cuento porque, sobretodo el final, no tiene desperdicio. Tal vez algún punto no sea exacto porque ha pasado mucho tiempo y yo no soy experto en desarrollo de fármacos, pero la esencia es la que te contaré.
Pfizer estaba buscando moléculas para el tratamiento de la hipertensión y de algunos problemas cardíacos. Eso lleva muchos años de investigación e innumerables fases, cada una con sus criterios y requisitos, cosa que hace que solo del orden del 1 por 1000 de moléculas lleguen algún día a la farmacia.
En una primera fase de generan automáticamente moléculas y un software analiza las que tienen más posibilidades de ser un fármaco útil. No me preguntes cómo sabe el software cómo una molécula tiene buena pinta, porque no lo sé. Pero la cosa es que parece que si la molécula es pintona, pasa a fase animal.
Antes de ese punto los fármacos tienes nombres tan sexys como PF-15829#34-9 o algo así. Más un robot de Star Wars que otra cosa. Cuando superan la investigación animal es cuando les bautizan y les ponen nombre a la molécula. Eso es después de varias fases de distintos tipos de animales (en general ratones, perros y simios, pero eso cambia en función del fármaco). Esta primera fase -la fase animal- se usa para saber si el fármaco es tóxico, y posteriormente si tiene actividad para una enfermedad.
Parece que sildenafil tuvo un cierto efecto hipotensor y no tuvo efectos secundarios importantes, por lo que pasó a fase humana. En la primera de las fase humanas se realiza la búsqueda de dosis. En voluntarios sanos se ensayan distintas dosis para ver qué dosis empieza a tener efecto y a qué dosis aparecen efectos secundarios.
Una vez ya sabes qué dosis son las que tiene eficacia y pocos efectos secundarios, se pasa a fase dos, en la que se analiza la eficacia. Ahora te hago un inciso un poco ténico.
Los ensayos con fármacos son una pesadilla de papeleo y de control. Se mide y se cuenta todo. Por duplicado. Por triplicado. No te imaginas lo complejo que es. Se cuentan incluso las pastillas que devuelve el paciente. Tú el día 1 del mes le das un frasco con 40 pastillas para 30 días (se dan siempre de más por si alguna se pierde, se cae o parece en mal estado) y el paciente te devuelve el frasco al final del mes. Pues también se cuentan las pastillas que devuelven.
Cuando se empezó el estudio de eficacia se vieron 3 cosas: 1. que sildenafil no es un hipotensor muy eficaz. 2. que por algún extraño motivo los hombres devolvían los frascos sin pastillas (se había tomado 40 pastillas en 30 días???) y 3. los investigadores empezaban a pasar reportes sobre que los hombres explicaban que su sexualidad mejoraba.
Me imagino la cara de los investigadores a los que los hombres les contaban que ese fármaco prometedor para la hipertensión les alegraba las noches. Piensa que ahora todo esto es mucho más conocido, pero hace 30 años casi no existían cuestionarios sobre sexualidad, había muy poca investigación y el único medicamento para los problemas de erección se inyectaba directamente en el pene.
Si ahora muchos profesionales de la salud siguen teniendo tabús sobre el sexo, imagina un británico de hace 30 años que espera ver bajar la presión y el compadre le cuenta que le sube otra cosa. Debió ser una situación muy graciosa.
El resto ya es historia Pfizer lanzó sildenafil y se ha convertido en uno de los fármacos con más éxito de la historia. Más de 50.000.000 hombres tratados en más de 20 años. Pero te cuento todo esto para que veas que el sildenafil se desarrolló primariamente como una fármaco cardioprotector, aunque resultara teniendo un efecto mucho más simpático.
Más de 20 años después, me da un poco de penita cuando algún hombre viene a mi consulta y me dice que su médico no le quiere recetar sildenafil no sea que le vaya a dar un infarto. Dejémonos de ñoñerías tontas y de puritanismo decimonónico y ayudemos a las personas a mejorar sus problemas de erección.
Seamos científicos y analicemos los datos: hay datos de más de 20 años de seguimiento del fármaco que demuestran de manera irrefutable que NO DA INFARTOS. Seamos profesionales y ayudemos a las personas, en lugar de adoctrinarlas.
Espero que te haya parecido interesante la historia de cómo se descubrió sildenafil.
Me llamo Eduardo García Cruz y soy urólogo y experto en sexualidad masculina, con más de 15 años de experiencia (disfunción eréctil, eyaculación precoz, testosterona, Peyronie, implante peneano y cirugía genital masculina…).
Ha ayudado a más de 25.000 hombres y ha realizado más de 2.000 cirugías.
Me he formado en el Departamento de urología del Hospital Clínic de Barcelona, uno de los mejores servicios de urología del mundo. He publicado más de 50 artículos en revistas médicas de prestigio y estoy Doctorado Suma Cum Laude por la Universitat de Barcelona.
Se me ha considerado uno de los mejores 50 médicos de España.
Actualmente, ofrezco consulta online y consulta presencial en Madrid y Barcelona, en dos clínicas TOP con la mejor tecnología para ayudar a mis pacientes a solucionar sus problemas en la esfera sexual masculina.
Eduardo García Cruz
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