Causas de la disfunción eréctil psicológica

Causas de la disfunción eréctil psicológica

Este post sobre las causas de la disfunción eréctil psicológica lo he escrito basado en lo que he aprendido de los psicólogos con los que he trabajado. Es importante diagnosticar la causa exacta para poder establecer el tratamiento adecuado. Como concepto, decimos que tenemos disfunción eréctil de origen psicológico o psicógena cuando nuestras erecciones con las relaciones sexuales o relaciones de pareja pero tenemos otras erecciones normales en el resto de nuestra «vida sexual». Es básico antes de plantearnos el tratamiento con terapia sexual estar seguros que descartamos otras causas de la disfunción eréctil y posibles causas de origen orgánico.

Posteriormente tenemos que encontrar la causa de la disfunción psicológica para plantear la terapia sexológica más adecuada para cada persona. Eso suele hacerse en una evaluación inicial. La mejor solución es el camino más corto, la terapia sexológica.

1. El stress, la ansiedad, el trabajo y los problemas de la vida

Dentro de los problemas de erección por nervios hoy te voy a hablar de cuando el trabajo ocupa toda tu atención o el stress por otros problemas de la vida te impide que a tu mente le apetezca el sexo.

Este es un problema muy común y que aparece en la mayoría de los casos en los que las relaciones sexuales y la vida de pareja quedan por detrás de otros problemas de la vida. Mucho más común de lo que la gente cree.

¿Por qué?

Porque a los hombres nos han enseñado que un «hombre de verdad» está siempre listo para el acto sexual. Y no es así. Si tienes a una pareja sexual a tiro, sencillamente disparas, ¿verdad? Pues no.

Los hombres, igual que las mujeres, necesitamos deseo sexual para tener excitación. Sin deseo, las mujeres no lubrican y los hombres no tenemos erección.

¿Qué crees que ocurre si cuando estás con tu pareja estás pensando en hacienda, o en el trabajo, o en que tienes que terminar una presentación muy importante? 0 deseo. Ninguna erección. 0 relaciones de pareja. Existe otra versión de esto. Una versión más cronificada. Seguro que te suena.

Para que lo entiendas, necesito romper un tópico. El que dice que el deseo sencillamente aparece. Como por arte de magia.

Eso no es así. Molaría, pero no lo es. La vida es así. Es una de las causas de disfunción eréctil psicológica más comunes.

El deseo y el aburrimiento

Te doy un dato… ¿Sabes que en los países donde se ve menos televisión la gente tiene más sexo? Seguro que has oído lo los nacimientos tras los apagones de Nueva York, o después del Iniestazo contra el Chelsea.

El deseo, amigo mío, surge muchas veces del aburrimiento. De la monotonía de una pareja que es sexual y que no tiene nada que hacer. Y cuando no tienes nada que hacer y al lado tienes una persona con la que el sexo funciona… pues tienes más sexo. Pero eso depende de tener una relación de pareja en la que el sexo funciona.

Ahora imagina lo contrario. Todo el día estresado. Todo el día de reuniones. Llegas a casa a las mil y mañana lo mismo. Ni tiempo de cena. Ni de hablar. De aburrirte ya ni hablamos. Es una de las causas de impotencia psicológica y de disminución del deseo sexual más comunes.

Simplemente tienes las pulsaciones y el stress a tope, y en esa situación no cabe el deseo ni el sexo. Cuando eso ocurre, se ponen en marcha otros mecanismos mentales que perpetúan el problema, y que te explico en otros posts.

Pero ten en cuenta que si tienes problemas de erección por nervios el trabajo y el stress son una gran fuente de problemas de erección.

Una de las maneras de contrarestar este trastorno de ansiedad es mediante la terapia de pareja, por ejemplo mediante cápsulas de tiempo y los ejercicios de focalización sensorial. Si tenemos intimidad con nuestra pareja en determinadas situaciones donde estamos relajados pero donde no es obligatorio tener sexo, es muy posible que te encuentres con erecciones espontáneas.

2. ¿Desentrenado sexualmente?

¿Y qué es estar desentrenado? Pues ahora te lo explico con un ejemplo.

Te cuento mi caso. Hace 4 años que no hago un trasplante de riñón. He hecho un montón de los 30 a los 40, pero a los 40 dejé las guardias y el equipo de trasplante. ¿Qué pasaría si tuviera que hacer un trasplante hoy?

Hombre, saber hacerlo, lo sé hacer. Es como ir en bicicleta, ¿no?

Más o menos. O sea, me sé la anatomía y la técnica quirúrgica, pero pierdes un poco el flow operando cuando hace tiempo que no haces algo.

Si me pongo y me ayudan, todo irá bien. Pero si el trasplante es difícil, o el ayudante no me transmite paz, pues tal vez tengamos un problema.

Ahora en lugar de trasplante de riñón, piensa en sexo.

Hace tiempo que no tengo sexo. ¿Por qué? Por una enfermedad mía. Porque mi pareja ha recibido un tratamiento para una enfermedad importante. Porque hemos tenido un embarazo de riesgo, tal vez porque habéis tenido problemas de pareja… cada persona y cada pareja pasa por momentos así.

Por lo que sea habéis tenido menos relaciones sexuales y eso te genera tal vez una cierta ansiedad.

Y esa situación hace que cada día sea un poco más difícil meterte en la cama otra vez con tu pareja. Es como cuando dejas de ir al gimnansio. Sabes que tienes que ir. Que te sienta bien. Que es divertido. Además no está lejos. Pero no vas. Y cada día te cuesta un poco más.

¿Te suena?

Pues esto es lo mismo. Pero con la salvedad que al de la recepción del gimnasio le da igual verte o no verte. Pero con tu pareja cada día este tema os distancia sexualmente un poquito.

Y cuando finalmente vuelves a saltar al ruedo e intentas tener una relación sexual, te notas raro. La cosa no fluye como antes. Estás un poco oxidado, un poco desentrenado.

Eso puede generarte un poco de ansiedad, de miedo escénico. Y eso conduce a tener más ansiedad y tener problemas de erección.

 

¿Cómo re-entrenarte?

Como volver a ir al gimnasio aunque te da un palo de muerte. Pues yendo.

Ya sé que es poco sexy, y que para eso no hace falta estudiar medicina.

Pero es así.

Para volver a entrenar tienes que entrenar. No tienes que pensar en qué harás. Tienes que hacerlo. Como decía el Maestro Yoda: Do or no do. There is no try.

Mi mejor consejo: reserva un par o tres de momentos por semana con tu pareja. No hace falta tener sexo, pero sí hace falta estar juntos en intimidad. La primera semana es raro. La segunda, mucho menos. La tercera, todo fluye.

3. La mujer omega

La impotencia por nervios e inseguridad son muy comunes y te los he comentado en otros posts del blog. En este caso te hablaré de lo que yo llamo «la mujer omega». Funciona exactamente igual si se trata del «hombre omega».

Esta es una situación que veo mucho en la consulta, especialmente en hombres jóvenes y otros no tan jóvenes, pero al cambiar de pareja.

Se trata de esa situación en la que nos encontramos con una persona que nos gusta tanto, tanto, tanto, y queremos quedar tan, tan, tan bien, que nos bloqueamos. A pesar de que pueda sonar contradictorio, cuando estamos con una persona omega estamos tenemos mucho deseo sexual, pero estamos igual de nerviosos. Resultado: que nuestro sistema simpático (el de la lucha-huída) se pone a bombear adrenalina, y eso hace que nuestra arteria peneana se contraiga. Y eso da problemas de erección.

Y es una situación extraña, porque estamos con una persona que nos chifla, estamos excitados, pero no hay erección. Es difícil, a veces, diferenciar el hecho de estar ansiosos de estar excitados sexualmente. Es por ello que muchos hombres en esta situación no entienden qué está ocurriendo y no le ven el sentido.

¿Quien es la mujer (u hombre) omega?

Una persona omega (también le puedes llamar alfa, o de cualquier otra manera) es aquella persona segura de sí mismo y, a tus ojos, con mucha experiencia sexual. Eso hace que nuestro listón interno sobre lo que nosotros creemos que esa persona espera de nosotros en la cama se eleve hasta la estratosfera. Y claro, nos pone nerviosos.

Como nosotros pensamos que esa persona querrá algo que nosotros tal vez no podamos dar (deliver, como dicen los americanos), eso nos resta confianza y nos genera ansiedad.

¿Cómo solucionarlo?

No hay ninguna magia.

Existen varias cosas que funcionan muy bien. La primera es respirar hondo: eso hace que nos disminuya la ansiedad. Existen ejercicios de respiración que, cuando los automatizamos, nos permiten «bajar pulsaciones» y controlar los nervios. La segunda, mi consejo sería tener claro que nuestras ideas sobre la otra persona pueden ser completamente falsas. Por lo tanto, antes de preocuparte por algo que no sabes si es real, chequea si realmente lo es o no.

En tercer y último lugar, ya puestos en escena, es básico no añadir urgencia de tiempo (no meterte prisa a tí mismo) o perder el foco (la autoobservación mata la erección automáticamente). Algunas personas han llamada a todo esto sexfullness, aunque yo como cirujano prefiero quitarle el barniz new age y pensar que existen mecanismos (mentales y biológicos) que hacen que algunos procesos (como el sexo) funcionen bien. Puedes llamarlo como prefieras, mientras te funciona.

4. El altruista:

Está más preocupado del placer de su pareja que del suyo y termina sin disfrutar demasiado. Puede tener que ver con la mujer omega. SI estoy más preocupado de lo que quieres tú y no de lo que quiero yo, en parte porque «quiero quedar bien», no es raro que pierdas el foco de tu placer y tu deseo, y dejes de tener erección.

5. El erosionado:

Es aquel hombre al que el paso del tiempo ha hecho que su pareja ya no le ponga. También ocurre en algunas situaciones cuando el sexo no tiene es divertido, como por ejemplo durante la reproducción asistida. La mejor alternativa para este problema son las cápsulas de tiempo y los ejercicios de foco sensorial… Establecer -al principio- un «horario» de intimidad con mi pareja, y que cada uno de esos ratos sirva para tener intimidad, no solo para el sexo.

Es una causas muy común de disfunción eréctil psicológica y de disminución del deseo sexual.

6. El inexperto:

Algunos hombres tienen o creen tener poca experiencia o destreza en la cama. Ese pensamiento les dice que su pareja no va a querer tener más sexo con ellos por su mal desempeño.

7. Disfunción eréctil psicológica por autoobservación:

Está más preocupado por cómo va a reaccionar su pene que por el sexo. Es una de las causas de disfunción eréctil psicológica difícil de reconocer para quien la sufre.

Esto es algo muy común, y que es fácil de entender pero no tanto de explicar.

Cuando tienes sexo, tienes que estar por lo que estás. Si no, lo que estás haciendo es moviendo tu foco, tu atención, desde el sexo hasta ese otro pensamiento. Eso es fácil de entender cuando estás teniendo sexo y no paras de pensar en un problema del trabajo. Sin embargo, una causa muy común de los problemas psicológicos de erección es que estamos más pendientes de nuestro pene que de lo que hacemos con él.

¿Y qué ocurre?

Pues que estamos diciendo a nuestro pene que lo que toca es preocuparse, no disfrutar. Y perdemos la erección.

A veces, a este fenómeno también se le conoce como el rol del director. Cuando en lugar de estar en la película la estamos dirigiendo.

En cualquier caso, la autoobservación es súper común cuando existen problemas de erección durante un cierto tiempo y estamos más atentos a nuestra respuesta que lo que tocaría.

8. El introvertido:

Es aquel hombre al que le cuesta expresar sus deseos y preferencias sexuales, y a veces tener cercanía e intimidad con otra persona. Esa “incomodidad” y esa “distancia” hacen que le cueste excitarse y tener erección.

9. El dubitativo:

TIene dudas sobre su orientación sexual y eso se manifiesta en su menor capacidad de excitarse sexualmente.

10. El mal informado:

Tiene una educación sexual sesgada que hace que tenga falsas creencias sobre el sexo. La educación sexual represiva, el porno o los constructos sociales pueden hacernos ver que el sexo debería ser de una manera que no es con la que nosotros nos sentimos cómodos.

11. El del porno:

El consumo de porno deteriora nuestra capacidad de excitarnos y tener fantasías sexuales fuera de la pantalla, debido a la sobreactivación de algunas áreas dopaminérgicas del cerebro. Una de las causas de disfunción eréctil psicológica en aumento -exponencial- y no tengo duda de que terminará siendo algo masivo dentro de unos años.

Hasta aquí las causas de la disfunción eréctil psicológica. Ahora te explicaré algo del tratamiento.

Tratamiento: ¿Cómo mejorar la disfunción eréctil psicológica?

La terapia para la disfunción eréctil psicológica, para mí, tiene tres patas. La primera es entender cómo funciona la sexualidad para entender por qué está pasando lo que está pasando. El segundo de los pasos es propiamente la terapia para la disfunción eréctil psicológica, que yo divido en tres partes (control de la ansiedad, tratamiento de intención paradójica y terapia de reprogramación cognitiva). La tercera de las partes es el uso de sildenafil (viagra) o tadalafil (cialis) en el tratamiento de la disfunción psicógena.

Los tres puntos:

Consejos para mejorar la disfunción eréctil psicológica

  1. No evites el sexo. Cuando tienes un problema sexual por ansiedad y evitas, lo refuerzas. Es mejor tener mala erección pero tener sexo e intimidad con tu pareja. Así te acostumbras a la situación y comprendes mejor qué te ocurre.
  2. Si notas que tu erección empeora a mitad del sexo, no corras. Añadiendo urgencia a tiempo al problema, las cosas irán peor. Si notas que tu erección está fallando, vuelve al juego previo. Eso hará que, cuando sacas al pene de la ecuación, tengas erección otra vez.
  3. Muchas veces verás que la erección es mejor cuando la situación es inesperada. ¿Por qué? Porque no te lo esperas y no tenido tiempo de preocuparte.

Medicamentos para la disfunción eréctil psicológica.

Para que todo este sistema funcione mejor, creo que una gran estrategia es usar medicamentos para ir más deprisa. Yo, por eso, empiezo usando medicación diaria, sobre todo para apagar tu ansiedad. Cuando hemos eliminado la ansiedad de ejecución y trabajado sobre la reprogramación y la intención paradójica, entonces pasamos a medicación a demansa.

Reprogramación cognitiva

Una de las partes más importantes es identificar qué te ocurre. Cuál es la causa psicológico o emocional del problema. Lo segundo es entender la idea que te genera, como te he explicado en el podcast.

La idea es identificar la idea negativa que inicia la secuencia idea negativa, emoción negativa y resultado negativo y substituirlo por una idea alternativa, que tiene que ser cierta, positiva y sexual.

¿Y tu pareja?

Pues tu pareja es como cuando vas a una pelea y te llevas a Floyd Mayweather (campeón del mundo de boxeo imbatido en varias categorías 50 victorias – 0 derrotas, para quien no le gusten los deportes de contacto). SIEMPRE-SIEMPRE-SIEMPE mete a tu pareja en el ajo.

Algunos hombres me preguntan «¿le digo a mi mujer que estoy aquí?»

¡Por supuesto! Díselo.

Y te doy varios motivos.

Disfunción eréctil psicológica: ¿se lo digo a mi pareja?

  1. Primero de todo. Ella ya lo sabe. ¿Te crees que no lo ha notado?
  2. Ella sabe que pasa algo, pero no sabe lo que es. ¿Qué pensarías tú si tu pareja deja de tener sexo contigo? Pienses lo que pienses, ella puede estar pensando lo mismo.
  3. A tí y a mi nos han educado como a hombres. Y los hombres no tenemos estas cosas. Y los hombres no pedimos ayuda. Porque eso es de flojos… ¿verdad? Eso no es de hombres. Pero hay una gran diferencia entre la debilidad y la vulnerabilidad. Ser vulnerable es confiar en otra persona tanto como para explicarle qué te ocurre y buscar ayuda. Eso no es ser flojo. Eso es tener huevos y solucionar el problema por todos los medios. ¿Tú eres de los que quiere solucionar el problema o de los que quiere marear la perdiz? ¡De solucionar problemas! Eso sí es de hombres (y de mujeres también, ¿¡eh?!). Por eso hablar con tu pareja es como llevarte a Floyd Mayweather a una pelea.
  4. Por comodidad. Si le dices qué pasa, no tendrás que estar inventando excusas que ni tú te crees. «Me ocurre esto. Le estoy poniendo remedio. Vamos adelante» suena mucho mejor que las excusas que todos hemos puesto cuando no queríamos o no podíamos.
  5. En mi experiencia, las mujeres son mucho más perceptivas a la hora de entender qué está pasando a nivel psicológico o sexual. Es posible que si le pides ayuda, te ahorres el médico y el psicólogo. Ahora fuera de bromas, en general las mujeres suelen ser una grandísima ayuda a la hora de orientar qué pasa y a la hora de solucionarlo.

Seguramente me olvido de cosas. En cualquier caso, decírselo a tu mujer (o a tu marido -esta lista aplica igual de bien si tienes una pareja masculina-) es buena idea.

Espero haberte ayudado a entender un poquito las causas de la disfunción eréctil psicológica y cómo solucionarla, con la ayuda del bueno de Floyd.

 

Dr eduardo garcia cruz

Sobre el autor: Eduardo García Cruz

Eduardo García Cruz es un médico especializado en urología, con más de 15 años de experiencia (disfunción eréctil, eyaculación precoz, peyronie…).
Ha ayudado a más de 25.000 hombres y ha realizado más de 2.000 cirugías.
Ha trabajado en varios hospitales reconocidos y ha publicado diversos artículos en revistas médicas de prestigio. Actualmente, ofrece consulta online y consulta presencial en Madrid y Barcelona, donde se dedica a ayudar a hombres a mejorar su salud sexual y calidad de vida.

Eduardo García Cruz

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