
ROC Clinic
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El quiste en el riñón o quiste renal es una de las razones por las que muchos pacientes llegan derivados a la consulta de urología. Si bien, se trata de una patología benigna que en pocas ocasiones va a requerir apenas seguimiento. De todas formas, el quiste renal
Pueden estar asociados a alguna patología como la poliquistosis renal hereditaria, aunque la gran mayoría de quistes son de origen desconocido y esporádico.
Se trata de bolsas de líquido acuoso que pueden ser únicas o múltiples. Se detectan fácilmente en la ecografía abdominal y se suelen diagnosticar por casualidad, ya que no dan síntomas a menos que sean muy grandes y compriman alguna estructura. Otra razón por la que se podrían presentar síntomas es la complicación del quiste renal: pielonefritis o infección del riñón, o hemorragia (esto es más frecuente en las patologías con múltiples quistes asociados).
Existe una clasificación de los quistes renales, llamada Bosniak, en la que se evalúa el aspecto de las paredes de los quistes, las calcificaciones de las mismas, si presentan tabiques en su interior y si estos captan contraste. Así, los quistes simples serán Bosniak I y no requerirán de ningún tipo de seguimiento. Los quistes más complejos pueden malignizar y formar un carcinoma renal, por lo que habrá que seguirlos o bien extirparlos. Esto es más frecuente es tipos de Bosniak III y IV.
Aunque hayamos contado lo de la posible malignización de los quistes complejos, debe quedar claro el tipo de quiste más frecuentes con diferencia es el simple y que, en estos casos, no vamos a tener que realizar seguimiento/tratamiento en casi ningún caso.
Si presentas dudas al respecto, puedes consultar con un urólogo experto.
El quiste en el riñón es una consulta muy habitual en las consultas de urología. La gente lo conoce a veces como quiste de agua en el riñón, pero se trata de quistes benignos que suelen aparecer al hacernos mayores.
Para que te hagas una idea, el quiste renal es tan frecuente que afecta al 50% de personas al cumplir los 50 años. Por tanto, es algo masivamente frecuente y benigno.
La gente tienes dudas sobre si el especialista de los quistes en el riñón es el urólogo o el nefrólogo. La respuesta es que, por la cuenta que me trae, es el urólogo. Los urólogos nos dedicamos a operar riñones y sus enfermedades, mientras que los nefrólogos piensan en su funcionamiento. Si se te avería una nevera, ¿llamas al servicio técnico o al ingeniero?
Urología es el servicio técnico.
Entendemos por quiste renal adquirido una lesión benigna que se caracteriza por una cubierta esférica que contiene líquido seroso (no es orina, se parece más a la sangre). Lo más importante es que el quiste renal adquirido es benigno, muchas veces único, de crecimiento lento, y no está para nada relacionado con el cáncer de riñón, como te comentaré más tarde.
Hay dos tipos de quistes renales: los quistes corticales y los quistes parapiélicos.
Pues puede medir desde milímetros hasta 15 centímetros. Supongo que incluso más.
No pasa ningún día en consulta en el que no vea quistes de 8 centímetros, puesto que no son nada inhabituales. El tamaño es un mal indicador de la gravedad (por decirlo así) del quiste. Los quistes lógicamente dan problemas cuánto mayores son, pero sobre todo, en función de su localización.
Son el tipo menos común de quiste renal benigno adquirido. Anatómicamente se sitúan cerca de la pelvis del riñón, que es la zona por la que entran y salen los vasos sanguíneos y la salida de la orina (a eso se le llama pelvis renal).
La mayor parte de gente, cuando se refiere a los quistes, se refiere al quiste cortical. Por tanto, te explico en este apartado como funciona el quiste parapiélico, y en el resto del post te hablaré del quiste cortical, ¿OK?
Como están al lado de la pelvis, se llaman piélicos o para-piélicos. Los principales problemas que ocasionan este tipo de quiste suele ser la obstrucción de la vía urinaria, aunque es poco común. Cuando un quiste parapiélico crece puede comprimir externamente la pelvis renal, haciendo que aumente la presión en el riñón.
El riñón puede aguantar bien esa situación, pero no infinitamente.
El diagnóstico suele ser casual porque no dan síntomas. El síntoma más común puede ser el cólico nefrítico, que no es habitual. Se pueden sospechar por eco y se confirman por TAC. En algunos casos cuando existe duda de si está afectando la actividad del riñón, podemos realizar una gammagrafía renal para saber si este riñón si funciona correctamente y si está obstruido.
Habitualmente no hace falta tratarlos porque no dan ni síntomas ni alteraciones. Cuando es así, la técnica de elección es la quistectomía y marsupialización laparoscópicas.
Se trata del tipo más común de quisten renal adquirido, que suele asentar en la cortical del riñón. La cortical del riñón viene a ser la parte externa, la más periférica. En esa parte es donde se produce la orina.
El quiste renal cortical es el más común, afectando más del 50% de personas a los 50 años, y más común con cada década de vida. Por tanto, es del que te hablo en el resto del post, porque es lo que la gente suele entender por quiste renal.
En la gran mayoría de ocasiones, ninguno.
La inmensa mayoría de personas que tienen quistes no lo saben. Y los que sí lo saben, lo descubrieron en una eco que su médico les pidió por otro motivo. De los poquísimos que faltan, el síntoma más común de los quistes renales es el dolor lumbar.
El dolor suele ser no mecánico, asociado a ingesta de agua o alcohol. A veces puede irradiarse, de manera parecida al dolor lumbar (te dejo un post donde te explico la diferencia entre dolor de riñones y dolor lumbar.
No es común la asociación de quiste en el riñón y sangre en la orina. Si existe hematuria en una persona con un quiste, deberíamos buscar otros diagnósticos que puedan estar ocasionando el sangrado.
En general, ninguno.
Ya te he comentado sobre los quistes parapiélicos, que pueden producir obstrucción renal.
Los quistes corticales pueden dar el mismo problema: pueden tapar la salida de la orina y obstruir el riñón. En ocasiones, los quistes corticales crecen tanto que «se comen» el resto del riñón funcionante.
Es como si canibalizaran el espacio del riñón, haciendo que el resto de ese espacio se ocupe por suero en lugar de por tejido renal. Eso puede hacer que ese riñón funcione peor. Como te comentaba anteriormente, esto también es muy poco habitual.
Respecto al quiste renal y la hipertensión, es un posibilidad muy infrecuente. El quiste podría comprimir la arteria renal, aunque como te comento me parece altamente improbable.
No es común en quistes simples, pero algunas enfermedades minoritarias producen quistes. Un buen ejemplo de enfermedad que produce quistes en hígado y riñón es la poliquistosis hepatorrenal. Se trata de personas que desarrollan de manera muy temprana innumerables quistes en hígado y riñón, produciendo insuficiencia hepática y renal.
Pues bien, en enfermedades de este tipo, se pueden producir infecciones espontáneas de los quistes. Fuera de esta situación, la infección de los quistes renales es muy muy rara. Cuando eso ocurre tenemos dolor lumbar, fiebre y alteraciones del análisis de sangre.
El tratamiento se basa en tratamiento antibiótico y medidas de soporte, y drenaje quirúrgico en algunos casos. El los casos más evolucionados de poliquistosis hepatorrenal, el único tratamiento es el trasplante doble de hígado y riñón.
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En el diagnóstico del quiste renal tendremos que usar varias pruebas diferentes. En función de si se trata de una primera visita o un control, por ejemplo, usaríamos una ecografía. O si tenemos dudas de que el quiste pueda esconder algo más, en casos límites, el TAC o la resonancia sería lo aconsejable. Algunos quistes de gran tamaño o en algunas localizaciones pueden producir complicaciones, y entonces será necesaria la gammagrafía renal.
La ecografía abdominal para el quiste renal es la prueba de diagnóstico y en muchas ocasiones de control. El motivo es que es barata, reproducible, no dolorosa, cada vez se hace en más sitios y permite tipificar con mucha exactitud los quistes. En la gran mayoría de dolores lumbares, especialmente en gente joven, la ecografía es normal.
La ecografía permite clasificar los quistes renales en 5 grados, en algo que se llama clasificación de Bosniak. La clasificación de Bosniak se describió por primera vez en 1986, y se ha revisado posteriormente. El grado de Bosniak es muy importante porque nos dice qué tenemos que hacer respecto al seguimiento y al tratamiento.
Quiste con pared fina sin septos. Densidad similar al agua, sin contraste. No tiene calcificaciones ni componente sólido. Un quiste Bosniak 1 no necesita ninguna exploración posterior. Es discutible si es necesario realizar ecografías de seguimiento.
Se trata de un quiste renal que puede contener algún septo fino o tabique, o alguna pequeña calcificación, pero que no capta contraste. También se consideran Bosniak 2 aquellos quistes hiperdensos de menos de 3cm. Igual que en el Bosniak 1, se discute si tiene sentido el control ecográfico.
La «F» viene de follow up. Es decir, son quistes que hay que seguir. Un quiste Bosniak 2F se caracteriza por más cantidad de septos finos, que tienen mínimo engrosamiento o calcificación. También pueden presentar mínima captación de contraste.
Se consideran quistes Bosniak 2F aquellos quistes hiperdensos de más de 3 cm.
La actitud debe ser comparar con estudios previos o realizar otras pruebas de imagen, como la RMN. Es necesario seguimiento.
EL quiste renal Bosniak 3 tiene paredes o septos engrosados, que pueden captar contraste. Se considera un quiste complicado. Se puede optar por seguimiento estrecho con TAC o RMN, aunque la actitud más demostrada es la resección quirúrgica.
Es como el Bosniak 3 pero con componente de partes blandas en septos o adyacentes a la pared. Tiene un alto riesgo de malignidad (85-100%) por lo que la actitud más razonable es la cirugía.
El tratamiento de los quistes es quirúrgico, aunque existe mucha rumorología con opciones naturales y alternativas.
Por ejemplo, existen hierbas para el riñón que provienen de la medicina tradicional que claman curar los quistes. Sencillamente, no es cierto. Lo mismo ocurre con la dieta para los quistes.
Tratamiento quirúrgico de los quistes renales.
La mejor opción de tratamiento de los quistes actualmente es la laparoscopia. La cirugía laparoscópica permite extraer solo el quiste (quistectomía) o quitar el quiste con una cierta cantidad de tejido de riñón de seguridad (nefrectomía parcial).
Es una cirugía técnicamente muy exigente y con algunas complicaciones, aunque en buenas manos es altamente eficaz y curativa.
Me llamo Eduardo García Cruz y soy urólogo y experto en sexualidad masculina, con más de 15 años de experiencia (disfunción eréctil, eyaculación precoz, testosterona, Peyronie, implante peneano y cirugía genital masculina…).
Ha ayudado a más de 25.000 hombres y ha realizado más de 2.000 cirugías.
Me he formado en el Departamento de urología del Hospital Clínic de Barcelona, uno de los mejores servicios de urología del mundo. He publicado más de 50 artículos en revistas médicas de prestigio y estoy Doctorado Suma Cum Laude por la Universitat de Barcelona.
Se me ha considerado uno de los mejores 50 médicos de España.
Actualmente, ofrezco consulta online y consulta presencial en Madrid y Barcelona, en dos clínicas TOP con la mejor tecnología para ayudar a mis pacientes a solucionar sus problemas en la esfera sexual masculina.
Eduardo García Cruz
Núm. Colegiado: 080835636
Me puedes encontrar en dos clínicas especializadas en urología y andrología, en Madrid y Barcelona.
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