21 de septiembre, 2021
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Clásicamente se representa al varón como eterno deseante, siempre disponible para el sexo, fogoso y entregado. Pero con la vejez, a medida que pasan los años muchas veces ese deseo decae y por parte de los sanitarios se considera “normal”, incluso esperable por el deterioro general y el envejecimiento fisiológico del paciente, habitualmente se le resta importancia. Pero no es verdad. Pese a la vejez, todo el mundo tiene derecho a tener la posibilidad de disfrutar una vida sexual plena, independientemente de la edad.
En los hombres, los problemas en el deseo sexual suelen aparecer con más frecuencia a partir de los 50 años, coexistiendo con una disminución de la testosterona y es frecuente que se acompañe de disfunción eréctil. Los hombres que han padecido episodios de problemas de erección suelen anticiparse con temor a las nuevos encuentros, cuestión que muchas veces se evidencia con conductas de inhibición a tener relaciones sexuales. En estos casos, el problema no está en el deseo sino en el temor de «volver a fallar».
Si perdemos la líbido, ya sea de forma súbita o progresiva, debemos consultar al médico y no podemos contentarnos con la idea de que forma parte del envejecimiento normal, es importante estudiar si hay alguna causa que haya precipitado ese cambio por lo que es importante: medir los niveles de testosterona en sangre, revisar la medicación que estemos tomando por si han introducido un fármaco que disminuya los niveles de testosterona, descartar factores psicológicos como el estrés… y en cualquier caso siempre podremos ser valorados por un especialista, en este caso, el urólogo o el andrólogo para estudiar el porqué del descenso del apetito sexual y así poder individualizar cada caso para ver si hay un tratamiento efectivo que podamos ofrecerle.En resumen, no deberíamos contentarnos con la respuesta de que “se debe a nuestra edad y nuestro deterioro fisiológico”, porque pueden haber alternativas. Si necesitas un urólogo, puedes contactar conmigo aquí.
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