
ROC Clinic
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La vedad es que que te pongan una sonda vesical es una putada. Lo sé. He puesto miles. Y he visto a esos miles de hombres me convence de que es una mala solución. Sin embargo, cuando existe una retención de orina es, dentro de las malas soluciones, la mejor de todas.
Muchos hombres notan esa sensación continua de ganas de orinar. Otros notan espasmos por la sonda. En algunos casos existe infección. Y es por ello que los urólogos somos conscientes de todo ello y las intentamos retirar lo antes posible. De hecho, un hombre en lista de espera con una sonda vesical se considera una prioridad a la hora de operar. Se salta gran parte de la lista de espera.
En otros casos, la sonda vesical se coloca tras una cirugía de próstata, vejiga o uretra, para asegurar el drenaje de la orina. En algunas ocasiones, estas sondas se tapan. Eso duele. Bastante. Y por eso los hombres que ya han llevado sonda pregunta cómo se pueden destapar la sonda en casa.
En ese caso, yo te aconsejo acudir a tu urólogo o a un servicio de urgencias. Pero si no hubiera otro remedio, mi consejo sería hervir agua, dejarla enfriar, y hacer un lavado con una jeringa grande (es posible que la pudieras encontrar en la farmacia).
Ten en cuenta también que la mayoría de manipulaciones de la sonda vesical se hacen bajo cobertura antibiótica, por lo que no te aconsejo que dejes pasar mucho tiempo y que, si decides hacerte un lavado casero, consultes con tu urólogo lo antes posible.
La colocación de una sonda vesical temporal o permanente suele ser un punto de inflexión en la vida de aquellos pacientes que han ido padeciendo los efectos de una obstrucción al flujo de la orina, como la que causa la hiperplasia benigna de próstata o la estenosis de uretra.
La razón más habitual por la que se coloca dicha sonda es la imposibilidad para realizar la micción, con lo que el paciente queda en retención aguda de orina (condición bastante dolorosa). Una vez colocado el catéter vesical (sonda) se siente un alivio inmediato, pero la cuestión es, ¿y ahora qué hay que hacer con la sonda? Una de las opciones es que la sonda sea temporal (este también es el caso de los pacientes postoperados).
Para los sondajes que van a durar poco tiempo se puede utilizar la sonda de látex, que puede mantenerse hasta 45 días. Por el contrario, si el paciente va a tener que llevar la sonda de por vida o durante más tiempo (a la espera de que le llamen para operarse) se pueden utilizar sondas de silicona, que tienen una durabilidad de 3 meses.
En relación a la causa del sondaje el paciente podrá manejar la salida de la orina de una forma u otra. La opción más corriente es utilizar bolsas de orina que se conectan a la sonda diariamente y que recogen continuamente la micción (no se acumula nada en vejiga). Esto implica tener que llevar una bolsa atada a la pantorrilla (hay sistemas muy discretos) durante el día y por la noche colocar una bolsa de mayor capacidad para no tener que pensar en vaciarla. La otra opción es el tapón, que se coloca en el extremo de la sonda, obturándola.
Así la vejiga sí se llena y cuando el paciente tiene ganas de orinar, va al baño y se destapa la sonda. Esta opción es más discreta, pero por ejemplo no va a ser posible en paciente con insuficiencia renal secundaria a la obstrucción crónica porque lo que nos interesa en esos casos es que la orina se drene al máximo. Los recambios se realizan en dispositivos ambulatorios de los centros de salud, habitualmente en manos de personal de enfermería (excepcionalmente si el sondaje es dificultoso lo debe realizar el médico). Suele indicarse profilaxis antibiótica a modo de pauta corta para evitar las infecciones de orina que pudieran aparecer secundariamente a la manipulación de la sonda.
Ante obstrucciones o malfuncionamientos del catéter se debería acudir a dichos centros médicos y en su defecto a las urgencias de algún hospital con urólogo de guardia. Si tienes más dudas al respecto, puedes consultar con tu urólogo de referencia que estará encantado de respondértelas.
Me llamo Eduardo García Cruz y soy urólogo y experto en sexualidad masculina, con más de 15 años de experiencia (disfunción eréctil, eyaculación precoz, testosterona, Peyronie, implante peneano y cirugía genital masculina…).
Ha ayudado a más de 25.000 hombres y ha realizado más de 2.000 cirugías.
Me he formado en el Departamento de urología del Hospital Clínic de Barcelona, uno de los mejores servicios de urología del mundo. He publicado más de 50 artículos en revistas médicas de prestigio y estoy Doctorado Suma Cum Laude por la Universitat de Barcelona.
Se me ha considerado uno de los mejores 50 médicos de España.
Actualmente, ofrezco consulta online y consulta presencial en Madrid y Barcelona, en dos clínicas TOP con la mejor tecnología para ayudar a mis pacientes a solucionar sus problemas en la esfera sexual masculina.
Eduardo García Cruz
Núm. Colegiado: 080835636
Me puedes encontrar en dos clínicas especializadas en urología y andrología, en Madrid y Barcelona.
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