Autoinflado de la prótesis de pene

Autoinflado de la prótesis de pene

La prótesis de pene es un tratamiento eficaz y seguro para el tratamiento de la disfunción eréctil. Para colocarlas es necesario recurrir a la cirugía en una intervención que tiene pocas complicaciones. Sin embargo, si presentan un inconveniente, y es que pueden llegar a infectarse y, en ese caso, deberán retirarse. Tradicionalmente, un médico especialista puede encontrarse ante el caso de un paciente al que se le ha infectado la prótesis de pene ha tenido que extraerla. En esta situación, se plantean dos opciones alternativas válidas.

Por un lado, el denominado procedimiento de Mulcahy. Gracias a esta técnica se pueden irrigar los cuerpos cavernosos con una serie de soluciones desinfectantes y, una vez la zona esta limpia, se recoloca una nueva prótesis de pene. De esta manera, esta sustitución de la prótesis se hace en un mismo acto, durante la misma intervención y, generalmente, se trata de un procedimiento que presenta una tasa de éxito del 70%. Por otro lado, se puede recurrir a una técnica más conservadora que se basa en el explante de la prótesis. Tras la extracción, se realizará el cierre de los cuerpos cavernosos y, a diferencia de la estrategia anterior, no se va a colocar ningún material en sustitución. El lado positivo es que se trata de una opción de tratamiento más segura, sin embargo, la inflamación que se produce tras la infección puede provocar una disminución del tamaño del pene.

En esta misma línea, podemos hablar de una opción alternativa. Consiste en utilizar Sulfato de Calcio de alta pureza para tratar las infecciones de prótesis de pene. Esta técnica la recoge un estudio publicado por J Sex Med en la que se presentan dos casos clínicos tratados con esta estrategia. El Sulfato de Calcio de alta pureza es un compuesto que se puede colocar, mezclado con antibióticos, dentro de los cuerpos cavernosos tras la retirada de las prótesis con un doble objetivo: en primer lugar aportar antibiótico y en segundo lugar el compuesto ocupa el espacio dentro de los cuerpos cavernosos y evita el acortamiento de pene.

Se trata de un paso previo que arroja esperanzas para solucionar un problema que aunque es poco habitual, tiene actualmente escasas alternativas.