La fuga venosa es una enfermedad del pene poco conocida y que no es fácil de entender. En este post te voy a explicar por qué se produce la fuga, cuáles son sus causas, sus síntomas y si empeora con el tiempo.
Te lo voy a explicar con un ejemplo sencillo – que no pretende ser perfecto-.
El pene en erección es como un globo al que le metemos aire y después hacemos un nudo para que el aire no escape. Eso es lo normal, siempre y cuando tengas deseo sexual y estés enfocado en tu pareja. A esto se le llama mecanismo córporo-veno-oclusivo.
Pues bien, cuando existe fuga, lo que ocurre es que el nudo que «atrapa» el aire en el globo no es perfecto, y permite que el aire escape.
¿Qué va a pasar? Pues que nunca conseguiremos que el globo esté lleno completamente. O, tal vez, en las formas más leves de fuga, podremos obtener una erección normal durante unos instantes, y luego perderemos rigidez.
Generalmente hablando, tenemos fuga venosa en dos situaciones: en algunos hombres jóvenes – habitualmente con el pene de grandes dimensiones – o en hombres de edad más avanzada que han recibido tratamiento de cirugía o radioterapia sobre la pelvis (por enfermedades de próstata, vejiga o recto). Existiría una tercera opción: la aparición de fuga venosa por niveles bajos de testosterona, que ocurre cuando el hipogonadismo disminuye el deseo sexual y la respuesta del pene al deseo sexual.
El caso más claro de fuga se produce, por ejemplo, que tras prostatectomía radical por cáncer de próstata. El pene pierde capacidad eréctil, elasticidad, y capacidad para retener la sangre dentro del pene. Sirva solo como ejemplo del nivel de agresión que es necesario para que el pene funcione mal. Lo mismo puede ocurrir después de cistectomía y cirugía de recto.
Sin embargo, la mayoría de hombres que viene a mi consulta con este problema no encajan en el perfil de cirugía previa. Es mucho más común que se trate de hombres jóvenes y sanos que, sin motivo aparente, empiezan a tener problemas de erección. Lo que algunos llaman fuga venosa psicológica no es una fuga venosa, es sencillamente un problema de erección de causa mental.
Por eso personalmente desconfío de cualquier diagnóstico de fuga venosa en hombres jóvenes y sin enfermedades. Como puedes ver en otras partes del blog, opino que la mayoría de «fugas venosas» en hombres jóvenes son disfunción eréctil psicológica.
La fuga venosa lo que produce es un escape de sangre del pene en erección. Por tanto, en reposo no notarás nada. Lo que notarás SIEMPRE en erección es que alcanzas al máximo de erección – como máximo – durante unos instantes, y luego lo pierdes.
Algunos hombres me dicen que la erección les aguanta unos 5 minutos: si es así, no tienes una fuga. Si puedes tener relaciones 5 minutos o masturbarte 5 minutos, es imposible que sea una fuga.
Pero volviendo a lo que sí es una fuga. Al perder el máximo grado de rigidez, tal vez puedas mantener la erección, si sigues estando excitado. Tan pronto como dejes de estar «en faena» es fácil que la erección decaiga rápidamente.
Y repito, nunca puedes tener buena erección mantenida en ninguna situación. Si sí la tienes, el problema es mental. Palabrita… que hace más de 15 años que me dedico a esto.
Cuando existe fuga venosa realmente, suele empeorar con el tiempo. Y el motivo es sencillo de entender: a medida que nos hacemos mayores nuestras arterias peneanas cada vez son menos eficaces, y el mismo nivel de fuga nos produce más síntomas.
Lo que debería hacerte sospechar de si tienes una fuga de verdad, es lo que yo llamo la fuga venosa de padrón: la que aparece solo cuando le da la gana. Cuando tienes días buenos y días malos, NO TIENES UNA FUGA. Te lo garantizo y la solución es mucho más fácil de lo que parece.
En cualquier caso, si tienes una fuga y has llegado hasta aquí, puedes agendar una llamada conmigo para ver si de verdad tienes una fuga y ponernos a trabajar sobre cómo solucionarla, sea cual sea el motivo