El aumento de azúcar (tanto diabetes tipo 1 como tipo 2) en sangre produce lesiones en la arteria peneana que conduce a tener problemas de erección por lesión arterial y neurológica. Además, la diabetes también empeora la testosterona. Los mismo pasa con el sobrepeso y la obesidad, que aumenta el colesterol y produce resistencia periférica a la insulina.
Los hombres operados de prostatectomía por cáncer de próstata sufren disfunción eréctil por lesión de los nervios. El mismo problema ocurre en hombres operados de cáncer de vejiga o recto, o tras radioterapia pélvica.
Como por ejemplo la hipertensión y el tabaquismo, producen problemas de erección muy a menudo. También existe la posibilidad de que el problema sea una fuga venosa, en la que la sangre se «escapa» del pene.
Es muy común, sobre todo en disfunción eréctil en hombres jóvenes. En hombres de entre 20 y 50 años, la probabilidad del que el problema sea mental es del 85%. Afortunadamente, es fácil de solucionar con el tratamiento adecuado.